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EL PAPEL DEL OLVIDO EN LA ESTRATEGIA DEL PROYECTO

  • Foto del escritor: ana paula lepori
    ana paula lepori
  • 21 ago 2021
  • 4 Min. de lectura

*trecho da tese de doutorado defendida em 2006 na Escola Técnica Superior de Arquitetura de Barcelona - Espanha.


**O esquecimento é um elemento que define as estratégias de projeto. Este fragmento da tese, baseado na definição e análise do conceito realizado pelo filósofo Paul Ricoeur, apontamos os diferentes tipos de esquecimento que compõem e condicionam a memória.

El arquitecto elige el peso que ejercerá su lectura individual en la construcción del objeto arquitectónico frente al peso de lo sobreentendido. Es en este punto donde el arquitecto echa mano del olvido [1] como parte de su estrategia compositiva. El arquitecto, dentro del proceso proyectual, en sus operaciones de configuración, mezcla olvido y memoria. La utilización de la memoria en el proyecto pasa por la selección del recuerdo que quiera hacer el arquitecto. Esto plantea un problema moral, político y ético. ¿Cómo utilizar de manera justa este poder de selección?


El tema del olvido ha sido reflexionado por Paul Ricœur a lo largo de los años. Paul Ricœur define el olvido como ‘el carácter selectivo de la memoria’, y lo divide en dos grupos principales: el olvido profundo y el olvido manifiesto. El olvido profundo está directamente relacionado a la memoria como inscripción, retención o conservación del recuerdo.


En el olvido profundo encontramos dos formas específicas de olvido con respecto a la memoria que conserva, el recuerdo que permanece: el olvido inexorable y el olvido de lo inmemorial. El olvido inexorable está directamente relacionado a la memoria como inscripción: ‘se trata de borrar la huella de todo lo que vivimos o hemos aprendido’. El olvido inmemorial trata de ‘nunca conocer realmente algo que, sin embargo, nos hace ser lo que somos. Las fuerzas creadoras de la historia’. Por otra parte, Ricœur describe otra clase de olvido que tiene más que ver con la labor selectiva del recuerdo en el trabajo del arquitecto: el olvido manifiesto. Toda la gama posible de olvidos existentes en el olvido manifiesto desempeñan un papel relevante en la elaboración del proyecto arquitectónico, aunque la mayoría de las veces el arquitecto no sea consciente de esta elección.


El olvido manifiesto surge como contrapunto a la memoria como evocación o rememoración. La memoria que evoca, el recuerdo que vuelve a hacerse presente. Así como Ricœur divide el olvido profundo en olvido inexorable y olvido inmemorial, sobre el olvido manifiesto Ricœur observa que se pueden establecer dos puntos diametralmente opuestos con una variante conceptual intermedia.


Ricœur habla del olvido pasivo y del olvido activo intermediado por el olvido evasivo, que podría ser tanto semiactivo como semipasivo, dependiendo de su intensidad. El olvido pasivo surge como respuesta inmediata a la memoria opresora, que sufre una compulsión de la repetición. En el otro extremo habita el olvido activo, una especie de olvido selectivo, como define Paul Ricœur. Esta clase de olvido surge de una forma consciente y crítica con respecto al recuerdo. Selecciona y olvida lo que no es relevante recordar.

El olvido, cuando se utiliza como herramienta narrativa, trabaja activamente en la construcción de una coherencia narrativa, seleccionando para el recuerdo los acontecimientos relevantes que construirán la lógica narrativa. Pero es importante recordar que el olvido activo es consciente e intencional, que conlleva una postura ideológica, a la medida que, bajo el conjunto de valores de quien olvida, crea una ‘historia oficial’ de los acontecimientos que quiere narrar.

Hay todavía una tercera clase de olvido manifiesto que habita entre el olvido pasivo y el olvido activo: el olvido evasivo. El olvido evasivo es una forma ambigua de olvido, tan activa como pasiva, que deriva de una ‘estrategia de evitación motivada por la oscura voluntad de no informarse, por una voluntad de no investigar’.


El olvido evasivo es utilizado muchas veces como herramienta de dominio o de manipulación por un grupo determinado, que contribuye a sofocar la aparición de una conciencia crítica por parte del colectivo o del individuo, por el puro desconocimiento de los hechos ocurridos. Es el olvido más manipulado, a medida que trabaja muchas veces para construir un recuerdo de algo que realmente ocurrió de forma diferente. No podemos olvidar que la arquitectura en distintas épocas fue utilizada largamente como forma de ‘publicidad’ de un sistema político, de grupos sociales, etc.

Pero entre tantas formas de incidencia del olvido sobre la realidad, ¿qué clase de relación establecer con el olvido? Dado su poder de selección de los hechos, el olvido es una herramienta de proyecto importante en la construcción del lenguaje arquitectónico. Hay que tener presente, de forma consciente, que la arquitectura termina por materializar, hacer palpable y ‘definitivo’ para la historia un recuerdo determinado, seleccionado por el arquitecto para que transmita un mensaje, que por lo tanto ‘olvida’ otros tantos hechos relacionados.


La consciencia del poder de selección y materialización de los recuerdos a través de la arquitectura, es lo que el arquitecto debe tener presente para que de forma consciente, seleccione lo que realmente vale contar. En definitiva, el olvido debe ser utilizado como herramienta proyectual, pero en su medida justa, ética y razonada.


22. RICŒUR, Paul. “Lo justo.” Colección Esprit Madrid: Caparrós Editores, 1999. 23. Ver en ‘vocabulario específico de la tesis.” (p.357 - 363).


PARA CONHECER A TESE DE DOUTORADO NA ÍNTEGRA ACESSE: https://upcommons.upc.edu/handle/2117/94121

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